Bicycle Library (London)

Ciertas ciudades tienen programas para promover el uso de la bici y las infraestructuras ciclables y, en esta línea, la Bicycle Library de Londres ha sido ideada para prestar bicis al más puro estilo de «extensión bibliotecaria».

Creada dentro de un típico autobús de 2 pisos, la planta superior alberga una sala de exposición, donde los usuarios pueden ver y tocar las bicis, leer información específica sobre las mismas y consultar a un experto en este medio de transporte. En la planta baja están las propias bicicletas alquilables (por horas y semanas) con opción a compra. Hay hasta siete clases diferentes, incluyendo las plegables, las bicicletas-cargo, de línea femenina, de carrera e incluso eléctricas. Así que todo el mundo puede dar con su modelo predilecto.

La tarea primordial de la Biblioteca de bicicletas no es ganar dinero, sino popularizar el uso de la bicicleta. De hecho, muchos visitantes y usuarios del servicio, una vez conocidos los beneficios de este medio de transporte, tienden a usarlas de forma permanente.

A propósito, que sepáis que este año los intrépidos bibliotecarios nórdicos se van de gira pedalera a los Países Bálticos.

Su anterior andadura de Copenhague a Berlín les ha dado incluso para un documental.

Y hablando de viajes en bici, os animamos a seguir el ejemplo de David Byrne, vocalista de los Talking Heads, y os recomendamos encarecidamente la lectura de sus «Diarios de bicicleta» (Mondadori, 2010).

Porque en este blog de sobra sabemos que libros y bicicletas hacen buenas migas

Bike Shelf

¿Bibliotecarios en bici? Yes we can!

En Madrid cada vez menudean más las bicicletas de todo tipo y condición, aunque no sea ésta una ciudad muy ciclable. A la contaminación salvaje y a la escasez endémica de carriles-bici céntricos hay que añadir la carencia de un alquiler municipal puntero, cuando la clase política se empeña en llenarnos la cabeza de presuntas Olimpiadas del pelotazo. Aún así no hay que rendirse. Veamos si no esta iniciativa de la Europa norteña, que une bibliotecarios y bicicletas: cycling for libraries.

Si servidor contase con tiempo, euros dubidú, entrenamiento y motivación, no me importaría hacer esa ruta bibliociclista Copenhague-Berlín. No me extraña lo más mínimo que en el Camino Compostelano (verbigracia huérfano de Códice Calixtino) abunden más los peregrinos tedescos que los francos. Es la suya una cultura de conciencia ecológica, de deporte al aire libre y de viaje mochilero, que a menudo huye del estereotipo de la colonización playera mallorquina, aunque a veces no estén reñidos.